Ella se desliza como suave caricia por la cálida brisa que atraviesa la noche hasta llegar a tu ventana, se vuelve húmeda gota que resbala por la pendiente de tu espalda.

Suave vaivén de besos voy dejando como huella a mi paso, tu cuerpo desnudo reposa en el lecho tibio de mis brazos, no existe el reloj del tiempo, mis dedos forman círculos pequeños en la línea baja de tu espalda, tu cuerpo reacciona y se eleva al momento que mis manos se deslizan presurosas atrapando con soltura la virilidad que me regalas, la caricia es placentera, tus manos se hunden con fuerza en las sábanas, muerdo la redondez de tu trasero al momento que un gemido escapa de tu garganta.

Nada más placentero que sentir como aumenta la excitación entre mis manos, tus deseos se elevan y tu vuelta en la cama me expone tu sexo, me centro en tu cuerpo y repto sutil hasta tu centro, mi aliento te ofrezco al momento que mi rostro acerco a tu falo, un dulce aroma desprendes, hueles a sexo, a deseo, asciendo tranquila de base hasta punta con mi lengua te palpo y bebo tus gotas, ajusto mis labios y entras profundo, lento, con fuerza, la húmeda caricia se mezcla, mi lengua se amolda y presiona, el vaivén incrementa, cuando entras, cuando sales, la succión ejerzo, mi mano amoldo a tu base y acompaño el ritmo armonioso, intenso, tu vientre contraes, ríos de sal brotan por los poros de tu piel.

No hay mayor placer que detener el ritmo cuando veo en tus ojos encendidos la pasión y el deseo por estallar en mil pedazos y sacar tu sexo de mi boca para escuchar un gemido frustrante que brota de tu interior, mi sonrisa te ofrezco y vuelvo a recorrer con mi lengua tu sexo, de base hasta punta y entras con fuerza, salvaje, brutal movimiento, succiona mi boca, mi mano acompaña y estallas en mi... te bebo, te lamo y disfruto cada una de tus gotas, mientras escucho un concierto de gemidos suspendidos en la habitación, tu sexo va cayendo dormido aún guardado en la húmeda caricia que te ofrezco y así te resguardo.

Cada vez que sientas de madrugada que tu sexo se despierta, es mi boca que lo atrapa, es mi lengua que lo lame, la succión que ejerzo y mi deseo de beberte es muy grande y siempre acudo al llamado de tu subconsciente, me deslizo entre tus sábanas siempre en cada madrugada, para alimentarme de ti, de tu sexo que me espera.
Siempre tuya, en tus días, en tus noches, rendida a tus pies.